Yo temía a estar sola, hasta que aprendí a quererme a mí misma.
Yo temía fracasar, hasta que comprendí que únicamente fracaso si no lo intento, y si hay que intentarlo mil veces, pues se intentan las mil veces que hagan falta.
Temía a lo que la gente opinara de mí, hasta que me dí cuenta de que de todos modos opinarían de mí.
Temía al dolor, pero me dí cuenta que es necesario para crecer, para hacerme fuerte.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí misma.
Temía muchas cosas, pero gracias a él, he superado la mayoría.
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